lunes, 11 de febrero de 2008

Roco provoca un infarto a un alemán en Montellano















Despegue de Montellano. La manga está flacida. Decenas de parapentistas esperan. Un alemán coge un palo. Roco se le acerca. Los que conocen a Roco mueven repetidamente la cabeza de izquierda a derecha con los ojos cerrados. Así comenzó lo que pudo acabar en tragedia.
El alemán Otto Karl Toffen no podía creer que Roco, la incansable (vive Dios) mascota de Zero Gravity, fuera más cabeza cuadrada que el pastor alemán que poseía en Hamburgo y que él mismo juntos. Como hemos hecho todos alguna vez, cuanto más rápido traía Roco el palo, más lejos se lo volvía a lanzar, con la esperanza de que se perdiera el palo, Roco o los dos. Según un testigo, que casualmente llevaba consigo una pizarra con tiza y un cronómetro, el alemán lanzó 497 palos y 112 veces la misma botella de plástico vacía en tan solo 7 minutos y 45 segundos. Después del último lanzamiento, dijo algo en alemán (que no debía de ser muy gracioso porque todos los alemanes se rieron a carcajadas) y se desplomó en vertical, cual Torre Gemela.
La ambulancia tardó cerca de dos horas en llegar, al no considerar que el infarto de un alemán pudiera ser calificado de urgencia. Una vez que Karl Toffen fue introducido en la ambulancia, con la botella vacía aún en sus mano derecha, el conductor, gran amante de los perros, estuvo otros cuarenta y cinco minutos lanzando más palos a Roco. "Jodioperrillo, nosecansa", repetía el conductor entre lanzamiento y lanzamiento. Uno de los alemanes gritó en tono amenazante: "Si montañas ser de todos pogque no ambulancias", con lo que consiguió que todos los presentes, menos los alemanes, se rieran a carcajadas.
Los médicos del Hospital declararon a la mañana siguiente que el súbdito alemán se encuentra fuera de peligro, pero que dudan mucho que vuelva a poder peinarse con la mano derecha.